Polemicos proyectos en Funes: “Dos concejales me dijeron que recibieron muchas presiones”
En 2011, Mauro Miguez se convirtió en el edil más joven de la historia de Funes. Dejó su banca días antes de la polémica sesión en la que se aprobaron a libro cerrado millonarios emprendimientos inmobiliarios. Narra con detalles el trasfondo político de tres ordenanzas que mantienen en vilo a la vecina ciudad.
Con su juventud y su espíritu rebelde a cuestas, Mauro Miguez fue durante cuatro años una piedra en el zapato para los intereses económicos de los peces gordos de la construcción. Asumió como concejal de Funes en el 2011. Tenía apenas 25 años. A los pocos días de sentarse en su banca, quedó a cargo de la comisión de Planeamiento y Urbanismo. Desde ese espacio, luchó por evitar la proliferación de nuevos barrios cerrados e intentó regular el desembarco de emprendimientos inmobiliarios. Contó con el apoyo de casi todos los ediles. Sufrió presiones y aprietes. Pero logró su cometido.
Durante el período 2011/2015, en Funes no se aprobó la creación de ningún nuevo barrio abierto o cerrado. El pasado 10 de diciembre, Miguez dejó su banca. También lo hicieron los radicales Adrián Sánchez y Eduardo Casim, dos de sus principales aliados dentro del recinto. Doce días después de aquella despedida, en la última sesión del año, el nuevo Concejo dio luz verde a tres emprendimientos inmobiliarios (dos barrios cerrados y un parque industrial). La aprobación se hizo en pocas horas y a libro cerrado.
Miguez ganó su banca como representante del Partido Justicialista. En el 2013, se sumó a las filas de Unidad Popular, una fuerza joven integrada, en su gran mayoría, por voces disidentes del peronismo y del radicalismo. En las últimas elecciones, sacaron el 15% de los votos, aunque no les alcanzó para mantener la representatividad en el ámbito legislativo. El nuevo Concejo quedó entonces dividido en tres partes: dos ediles del Frente Progresista, dos del PRO y dos del Frente Para la Victoria.
El emprendimiento más polémico, que consiste en el levantamiento de ocho torres de planta baja y tres pisos, con 12 metros de altura como máximo (impulsado por la firma Desarrollo y Gestión SRL), fue aprobado por los concejales peronistas Roly Santacroce –candidato a intendente en las últimas elecciones– y Juan Miguez (tío de Mauro); y Luis Dolce y Carlos Olmedo, del PRO.
En tanto que Ana Martelli, del Frente Progresista Cívico y Social, acompañó con su voto los otros dos proyectos que se aprobaron aquel día: otro barrio cerrado ubicado entre avenida Mendoza y la autopista (Rosetti Desarrollos Urbanos) y un Parque Industrial (Rosental). Ignacio Rimini, también del FPCyS, fue el único edil que rechazó los tres expedientes.
Nota: Andres Actis