Duro comunicado de Unidad Popular. Funes para todos y todas?

Hace poco más de un año, distintas empresas de negocios anticiparon un megaplan de desarrollos inmobiliarios que marcarían a esta gestión municipal.

Esos proyectos urbanos (tres barrios privados que suman la totalidad de 212 hectáreas) ya tienen tratamiento en el Concejo Municipal. El propio Ejecutivo, con la firma del Intendente, los patrocinó como «emprendimientos de características especiales». Un eufemismo para no decir abiertamente que se sigue impulsando un modelo de acceso a la tierra que es desigual y, ante todo, conducido por el mercado.

Por eso, cómo organización política con representación en el Concejo Municipal, creemos imprescindible que se conozca nuestra posición ante éste modelo de negocios que está lejos de representar un modelo de Ciudad, en tanto que la política siga resignando mansamente su rol ante el sector privado y el capital inmobiliario.

¿Por qué decimos no?

Porque la apuesta a seguir urbanizando sin atender a las demandas de mejor y mayor infraestructura en la Ciudad existente no pueden sinó conducir a una mayor desigualdad social. La historia del proceso de crecimiento de Funes (sobre todo entre 1997 y 2010 y desde 22 de Diciembre de 2015 al presente), demuestra que el Estado no solo no pudo prever el colapso y el desgaste de su infraestructura, sinó que tampoco fue capaz de establecer condiciones justas para procurar que los urbanizadores dejasen a la Ciudad obras estructurales: 20 años después apenas si tenemos una serie de ejes viales poco funcionales y de mala calidad (Mitre, Hernández, Fuerza Aérea y una serie de rotondas), mientras gran parte de la planta urbana no posee acceso al agua potable o cloacas, así como un acceso deficitario a los servicios educativos y de salud, que son cruciales en la viabilidad de una Ciudad.

Por eso decimos que delegar el poder urbanizador al mercado es alentar activamente la desigualdad. Pero no sólo eso: es inflar el precio del acceso al suelo, dejando a miles de personas sin la posibilidad de comprar su propio lote o proyectar su vivienda. No hay estrategia urbana más brutal que la de limitar la posibilidad de arraigo, en tanto que a mayor superficie del suelo destinada a emprendimientos de élite, más expulsiva es la política de la Ciudad.

Las consecuencias de la desigualdad nos llaman a impulsar otro modelo de Ciudad. No se trata de oponerse a la acción privada, pero si de fijar condiciones para que lo público (que es de todos) no sea conducido por el interés económico de un pool de empresas. No nos oponemos al crecimiento de la Ciudad pero advertimos la necesidad de proyectar ese desarrollo de una manera inclusiva. No hay alternativas si no alentamos el desarrollo de proyectos urbanos que impliquen a distintos sectores de la sociedad, mejorando la calidad y el acceso a la tierra pública (el Parque Regional del Ludueña; el Parque Huerta del acceso a Autopista y Galindo o la urbanización planificada de las 11 hectáreas de Houssay y Rosales).

No aceptamos la idea de que existe un consenso cerrado sobre el futuro de Funes. Somos una fuerza política que expresa a las mayorías y, por eso, expresamos la voluntad de miles de funenses que quieren vivir en una Ciudad que se parezca cada vez más a sus sueños.

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